Sobre “la elección forzada”

5 de abril, 2021.

sobre la elección forzada

Sobre “la elección forzada”.

A Tecla González & Tania Sancho.

Nosotros creemos que decimos lo que queremos, pero es lo que han querido los otros, más particularmente nuestra familia, lo que nos habla. Entiendan ahí ese ‘nosotros’ como un complemento directo. Nosotros somos hablados y, a causa de eso, los azares nos empujan a algo tramado. Y, en efecto, hay una trama –nosotros llamamos a eso nuestro destino.

Jacques Lacan, “Joyce, el síntoma” (1975).

Cuando Lacan habla de “elección forzada” no se refiere a que ‘eliges lo que no te queda otra que elegir’, a que hay una ‘obligateriedad’ o un ‘condicionamiento’ en lo que se elige. Ni Freud, ni Lacan abrazan una concepción determinista del sujeto, ésa en la que el sujeto no eligiría y, por tanto, no sería libre, es decir, no sería responsable (no tendría que responder) de lo que hace/no hace, de lo que dice/no dice o de lo que sueña/no sueña.

Desde luego, es preciso asumir la responsabilidad de los impulsos oníricos malvados (…)

Si, defendiéndome, digo que en cuanto en mí es desconocido, inconsciente y reprimido no pertenece a mi yo, entonces me coloco fuera del terreno psicoanalítico, no acepto sus revelaciones y me expongo a ser refutado por la crítica de mis semejantes, por las perturbaciones de mi conducta y por la confusión de mis sentimientos.

Sigmund Freud, “La responsabilidad moral por el contenido de los sueños” (1925).

En “la elección forzada”, entonces, ‘lo forzado’ no es ni ‘lo elegido’ (a pesar de las circunstancias externas y de la sobredeterminación con la que funciona el inconsciente, siempre cabe la posibilidad de elegir otra cosa, dar otra respuesta, inventarse otra opción, etc.), ni tampoco ‘lo perdido’ (porque lo que se pierde con cada elección, no se pierde a la fuerza, sino que se pierde inevitablemente).

Tal y como indica la propia expresión, en “la elección forzada” ‘lo forzado’ se produce en el acto mismo de ‘la elección’, esto es, en ese momento angustioso-traumático en el que es vitalmente necesario elegir porque, eligiendo “no elegir”, ‘el destino’ –que te ha pre-escrito el Otro– elige por ti.